Como especialistas en Private Equity (capital privado), en este artículo queremos hablarte de esta tendencia que ha cobrado mucha fuerza en los últimos 15 años. Se trata de una inversión en activos no tradicionales que, por lo general, conlleva menos riesgo que las operaciones de Venture Capital. Además, según el objetivo empresarial que se busque, se puede elegir una u otra clase Private Equity. Por ejemplo, la finalidad puede ser impulsar una empresa de poca trayectoria, o reestructurar una compañía ya consolidada.
El Private Equity forma parte de las inversiones alternativas, es decir, las que no están disponibles en el mercado regulado (salvo excepciones, se trata de apostar por empresas que no cotizan en bolsa). Y consiste en aportar recursos financieros -durante un periodo determinado, pero a largo plazo- a cambio de participaciones y acciones en empresas donde se prevé un crecimiento notable. De este modo, la inversión ayuda, a su vez, a que dichos negocios se fortalezcan.
Los inversores se comprometen a destinar una cantidad específica. Sin embargo, no todo el capital se desembolsa inmediatamente. En comparación con otros activos, las cuantías se van espaciando a la par que el fondo va detectando oportunidades de inversión. El proceso es gradual, y su duración es de varios años.
En cuanto al tipo de empresas donde invertir, tradicionalmente el Private Equity se enfocaba sobre todo a grandes compañías, y estaba “reservado” a grandes fortunas o inversores institucionales. Pero esto ha cambiado, y ahora es frecuente que esta dinámica se oriente a negocios de todos los tamaños.
Razones por las que escoger la inversión Private Equity
Según una encuesta realizada por el gigante BlackRock, sociedad estadounidense de inversión multinacional, la inmensa mayoría de los inversores opina que la cartera clásica (con un 60% en renta variable y un 40% en renta fija), ha quedado obsoleta y es aconsejable acudir a los mercados alternativos.
Ahí es donde entra en escena el Private Equity, que cuenta con las siguientes ventajas:
- La ventaja principal del Private Equity es el equilibrio rentabilidad-riesgo, que suele ser óptimo gracias a la diversificación de la inversión. Esta abarca activos de distinta naturaleza y riesgo.
- Asimismo, el retorno puede ser muy elevado. Es bien sabido que, históricamente, los mercados privados han ofrecido una rentabilidad más atractiva que la bolsa. Y con el Private Equity se pueden aprovechar los picos de crecimiento.
- En paralelo, los mercados públicos se caracterizan por su volatilidad, lo que no es frecuente en los privados. Estos sufren menos perturbaciones, incluso en etapas de incertidumbre económica.
- La posibilidad de acceder a opciones muy diversas también es fundamental; pensemos que, según la estadísticas, aproximadamente el 95% de las compañías no cotiza en bolsa.
- La perspectiva a largo plazo también es muy positiva, porque evita la toma de decisiones sobre los resultados a corto plazo, lo que es común en los mercados bursátiles. Este hecho es uno de las motivos por los que este tipo de inversiones alternativas están llamando, cada vez más, la atención de los inversores.
Las llamadas de capital y su impacto en el inversor
Es importante tener presente que en estos planes de inversión, como el desembolso es paulatino, al principio requieren importantes aportaciones -cuando se producen las primeras llamadas de capital-. En ese sentido, la valoración inicial de un fondo de Private Equity puede ser negativa. Sin embargo, posteriormente la curva va ascendiendo de forma exponencial, y tras ello es cuando se empiezan a percibir los pagos.
Pero el procedimiento no acaba ahí, porque después comienza la desinversión, para la que existen diferentes alternativas:
– Venta de las acciones y salida a bolsa
– Venta a un tercero
– Que los accionistas anteriores vuelvan a comprar las acciones
– Liquidar la empresa (por insolvencia)

Los cuatro tipos de Private Equity, según el objetivo
El Private Equity comprende, principalmente, cuatro tipologías de inversiones: Growth, Replacement, LBO y Turnound. Todas ellas responden a la finalidad que busca una empresa con su inversión, y a lo que sucede en la que recibe el capital.
- Growth: capital de expansión para el crecimiento de una compañía. Desempeña un papel decisivo para negocios bien posicionados que buscan crecer aún más y no caer en un estancamiento.
- Replacement: capital de sustitución. Esta operación tiene como fin sustituir a un grupo de accionistas, y engloba la refinanciación de las deudas bancarias.
- LBO o Leverage Buyout: compra de una empresa adeudada, “apalancada”. O de sus activos. Tras un LBO, los pagos pendientes se afrontan con los flujos de caja obtenidos en los retornos de la compañía adquirida.
- Turnound: inversión para la reestructuración. En otras palabras, consiste en llevar a término los cambios que sean necesarios para que la sociedad reestructurada vuelva a ser competitiva, y de este modo continúe creciendo e incrementando su valor.
Fases e importe mínimo de la inversión en Private Equity
Pero si hablamos de Private Equity, no solo es primordial el “qué”, sino también el “cuándo”. Y es que en esta clase de operaciones se puede invertir en las diferentes etapas por las que pase la compañía receptora: Venture Capital, Growth y Buyout (inicio, crecimiento y madurez, respectivamente). No obstante, se pueden utilizar estrategias como, por ejemplo, una inversión que combine empresas en diferentes fases.
La relevancia del asesoramiento profesional
En lo que se refiere al capital, la inversión mínima es de 10.000 €. Pero aunque este importe puede resultar tentador, es necesario que un especialista evalúe previamente la compra, y compruebe si esta encaja con el perfil del inversor. Precisamente es nuestra especialización en este campo: el asesoramiento completo -y el seguimiento exhaustivo- en operaciones de Private Equity.
Además, contar con asesores expertos también es necesario para conocer y paliar los posibles riesgos, ya que estudiamos los ciclos económicos y ofrecemos capacidades estratégicas para identificar oportunidades óptimas estudiando los fondos disponibles. Asimismo, como profesionales de inversiones Private Equity no dejamos de lado los factores externos que puedan perjudicar la estabilidad del proyecto, como los geopolíticos o normativos.
Si precisas asesoramiento jurídico ante una posible inversión en Private Equity, puedes contactar con nosotros aquí para solicitar una visita.